El hasta ahora primer entrenador del Abanca Ademar, Rafael Guijosa, se despedía esta mañana de la ciudad y del club el cual ha defendido durante 4 años «Me voy agradecido a toda la afición del Ademar y con la sensación de haber cumplido un ciclo»
Una intervención dificil para el club, «por nuestra cabeza nunca pasaba por cesar a un entrenador, pero después de los resultados y sobre todo del último.», abría Tano Franco la rueda de prensa. Decisión consensuada y sobre todo con la que el club busca encaminarse en la recta final de temporada hacia los puestos europeos, «nos reunirmos directiva con Rafa Guijosa para analizar la situación y sobre todo porque creiamos que el club necesitaba un cambio de rumbo.»
Una transición que no olvidará al entrenador madrileño, ya que será su segundo, Diego Dorado, quién se haga cargo del club, «después de mucho meditarlo decidimos que lo mejor para el equipo y para intentar lograr el objetivo de principio de temporada era que Diego Dorado tomara la dirección del equipo».
Una vez explicada la decisión del club, Rafa Guijosa tomo los micrófonos para poder despedirse y agradecer lo vivido en León, «espero que esto sea lo mejor, que el club esté donde merece, y solo quiero darle las gracias a Tano, por darme la oportunidad de entrenar al equipo, y a mis jugadores por hacerme sentirme tan bien». Aunque se va con un mensaje a sus jugadores, «ahora solo os pido que ayudeis a Diego y deis lo máximo de vosotros.»
Consecuente con la exigencia que demanda el club Rafa ha sabido siempre que hay que conseguir el máximo de cada equipo «Aquí siempre marcan los resultados, si no son buenos yo tengo que dar un paso adelante como el máximo responsable sino consigo sacar lo máximo a mis jugadores y jueguen esto ha de ser así»
El proyecto continua «si los jugadores valen para Rafa o para Diego, eso quiere decir que valen para cualquier entrenador» aclaró Tano Franco y apuntilló Rafa Guijosa que al final lo más importante es y será siempre «El club, la entidad la afición, su historia, ya que nosotros estamos de paso aportando nuestro granito de Arena».
Para acabar el míster alcobendense quiso despedirse de lo que le ha rodeado en estás cuatro temporadas defendiendo el escudo ademaristas. «Solo puedo estar agradecido por formar parte de este club, haber llegado a donde hemos llegado con estos chicos, me quedo con el cariño la gente de León, soy un enamorado de esta ciudad y por desgracia me tengo que volver a casa»