Llegó el día del Derbi, tocaba recibir en casa al Recoletas Atl. Valladolid en un momento donde el conjunto ademarista tenía que recuperar sensaciones. A pesar de una gran primera mitad del Ademar, el conjunto vallisoletano apretó en defensa en los segundos 30 minutos y endureció un encuentro donde los de Rafa sufrieron para acabar llevándoselo.

El inicio fue posiblemente de lo mejor hasta ahora. Serio, contundente en todas las líneas y aprovechándose del rival. El conjunto Vallisoletano estaba muy errático en sus ataques, no se encontraba cómodo en la pista y provocó que muchas jugadas no encontrase portería o se encontraran con Cupara. El Ademar supo aprovechar los fallos rivales para crecer desde el primer minuto y sobre todo para ir poniendo la diferencia en el marcador. El gran arranque local bloqueó al Recoletas, que no solo se vio forzado en los ataques, sino que la defensa del Ademar les acabo robando varios balones que acababan en contras claras que Juanín García finalizaba con toda la solvencia del mundo. El equipo estaba compenetrado, habían marcado casi todo el equipo en los primeros treinta minutos y a pesar del último empuje vallisoletano, el Ademar cerró una gran primera parte con un 21-14 en el luminoso.

Pero el paso por el vestuario hizo que esa diferencia se quedara hasta corta. El Recoletas Atlético Valladolidad salió con el chip cambiado, con una defensa mucho más presionante y con mayor movilidad en ataque, los visitantes empezaron a recortar diferencias al Ademar. Poco a poco los minutos hacían mella en el Ademar, que no solo notaba el cansancio en los jugadores importantes, sino como las rotaciones no solucionaban la papeleta que les dejó los vallisoletanos. Un parcial a la mitad de la segunda parte de 4-8, acerca y con demasiado peligro al conjunto de Ignacio Gonzalez, que incluso obligó a Guijosa a parar el tiempo e intentar reestructurar el juego leonés. El Ademar no consiguió romper esa mala racha de cara a portería en los minutos siguientes, pero provocaron que el Valladolid tampoco lo hiciera. El cambio de dinámica enardeció al Ademar, que con el cansancio a flor de piel, consiguió marcar un par de goles en la recta final que daban algo de tranquilidad y dejaban inerte el empuje del Valladolid, que vio como sus intenciones por hacerse con el partido se esfumaron cuando las agujas del reloj marcaron el minuto 60 y el marcador reflejaba un 30-28 favorable al Ademar.

Último partido de este año 2017, pero el balonmano continua en la ciudad de León ya que este fin de semana toca la Copa Asobal y el Ademar espera conocer en las próximas horas a su primer rival entre Helveitia Anaitasuna y Quabit Guadalajara.